Diferencias entre el Experto y el No Experto


El Experto profesional, independientemente del campo en el que se mueva, posee una serie de características que le diferencian del no Experto. Ahora bien; son estas características innatas o aprendidas?. Es decir, el experto nace o se hace? Posee el experto una habilidad especial que le diferencia del no experto? Y en el caso de los expertos; hay diferencias entre ellos? hasta donde puede llegar el experto en su experticia? hay niveles de experto?.

De estas y otras preguntas trata el presente artículo. Resulta obvio mencionar que no me estoy refiriendo únicamente al experto en pericia caligráfica o en grafología, sino que aquí caben todos aquellos profesionales de cualquier sector de actividad en los que podemos encontrar el nivel de experto.

  1. en primer lugar; los estudios realizados sobre las características del experto se han realizado bajo el supuesto de que las capacidades y procesos básicos de expertos y no expertos son semejantes, y que las diferencias entre ambos grupos se deben a los conocimientos adquiridos en el ejercicio de una actividad determinada, bien sea profesional, recreativa o cotidiana
  2. los expertos detectan y reconocen mejor: además, los expertos detectan y reconocen aspectos de la información que pasan desapercibidos para el no experto, discriminando mejor lo relevante de lo irrelevante.
  3. diversos estudios realizados, por ejemplo, en el juego del ajedrez, muestran que la principal diferencia entre un jugador novato y un experto es la rapidez con la que el experto es capaz de reconocer las mejores jugadas sin necesidad de realizar una búsqueda exhaustiva. Este tipo de jugador capta rápidamente la estructura de las posiciones de las piezas, explora los posibles movimientos y evalúa las consecuencias de éstos y elige las mejores respuestas.
  4. los estudios al respecto también indican que no es que el experto tenga una capacidad de memoria mayor que el no experto, ni que tenga una mayor cantidad de conocimientos (aunque esto no deje de ser importante en un área concreta cualquiera), sino que el experto tiene una organización estructurada de sus conocimientos mejor que el no experto.
  5. los expertos analizan durante más tiempo; es decir, dedican más tiempo al análisis del problema que el no experto. En este sentido, muestran una gestión de los recursos limitados de procesamiento diferente.
  6. el experto selecciona las mejores estrategias. Cuando se plantea la solución a un problema, eligen el mejor procedimiento para una situación determinada. Como dato curioso y ejemplo; un profesor de física resuelve los problemas desde el estado inicial hacia la meta, sin embargo el alumno lo hace desde atrás, desde el estado meta hacia el estado inicial. En el ámbito medico, un experto diagnostica desde los datos, mientras que un no experto lo hace desde la hipótesis.
  7. el experto desarrolla su actividad con menor esfuerzo: con la práctica se produce una automatización progresiva del rendimiento, con lo que necesita usar un menor número de recursos de procesamiento con la consiguiente reducción de los mismos. Al principio, hasta alcanzar el nivel de experto, su procesamiento será lento y secuencial y consumirá muchos recursos atencionales. Pero con la práctica se transformará en rápido, paralelo y menos deliberado. Esta automatización le permitirá liberar recursos de procesamiento que podrá utilizar para otros procesos, como la planificación y el autoseguimiento.
  8. los expertos tienen mejor auto-control en los estados de comprensión y solución de problemas que los no expertos.
  9. el experto aprovecha mejor las oportunidades para incrementar sus fuentes de información y los recursos disponibles. El experto siempre está aprendiendo, nunca se cansa de informarse y actualizar sus conocimientos.
  • Ahora bien; ¿cómo se llega al nivel de experto? ¿cómo llegamos a desarrollar una destreza para considerarla como un nivel de experto?
  • Los enfoques más tradicionales sobre el rendimiento experto asumen que la adquisición de una destreza dependerá de la formación y la experiencia. Un principiante se irá formando y adquiriendo los conocimientos necesarios para saber lo que hay que hacer en el ejercicio de su profesión o en cualquier tarea y los años de experiencia le permitirán que alcance un máximo nivel de competencia, que en cualquier caso se encontrará limitado por sus propias capacidades y habilidades innatas.
  • Por lo tanto, cualquier persona que se encuentre activamente implicada en su profesión puede esperar alcanzar el nivel de experto a medida que aumenten sus años de experiencia. La diferencias entre los distintos niveles de expertos se explicarían por las limitaciones innatas de sus capacidades y habilidades.
  • El desarrollo del rendimiento experto se puede describir como una secuencia de retos con distintos niveles de dificultad que el sujeto va dominando y superando a lo largo de los años. Mientras se desarrolla este aprendizaje secuencial, el sujeto se encontrará con distintos tipos de problemas que debe resolver para desarrollar el rendimiento o destreza correspondiente con el nivel de maestría que pretende alcanzar. Así, llegará un momento en el que aquellas tareas o actividades que en un principio parecían imposibles de resolver se realizarán sin esfuerzo y con éxito.
  • Pero una vez alcanzado un determinado nivel de pericia, aparecerán nuevos retos que nos harán dudar. Es aquello que solemos decir entre colegas de " yo pensaba que ya lo sabía y no tengo ni idea". Pero esto se nos presentará para seguir creciendo y permanecer humildes en nuestro quehacer y no dar nada por hecho o por sabido. Y el que piense que ya todo lo sabe se desviará del camino y probablemente tendrá que volver hacia atrás para revisarlo.
  • Si aplicamos lo dicho a la adquisición de una destreza habitual en la vida cotidiana, podemos diferenciar tres fases:

  1. Una primera fase cognitiva: donde se aprende la estructura de la actividad, como las reglas y conocimientos, y a la vez se recibe una retroalimentación bastante clara de los errores más importantes.
  2. Una segunda fase asociativa: en la que se logra un nivel funcional estable y satisfactorio.
  3. Por último; con más entrenamiento y experiencia, se alcanza la tercera fase, denominada automática, en la que los sujetos logran un rendimiento estable y óptimo con un mínimo esfuerzo.

Ahora bien; si según parecen indicar los estudios al respecto, el desarrollo de una destreza dependerá sobre todo de la instrucción y de los años de experiencia; ¿cómo podemos explicar las diferencias que aparecen entre personas con capacidades semejantes y con una misma  formación y antigüedad, y porqué el nivel de excelencia tan solo lo consiguen unos cuantos y no todos los que reúnen estos requisitos?
  • Para contestar a esto, hay autores que diferencian dos clases de expertos:
  1. El experto rutinario: se caracteriza por un rendimiento eficaz que destaca en rapidez, exactitud y automaticidad, pero que manifiesta una falta de flexibilidad y de capacidad de adaptación ante problemas o situaciones nuevos.
  2. El experto adaptativo: este es capaz de utilizar sus conocimientos de forma flexible y creativa, poniendo de manifiesto una comprensión más profunda de los principios y del marco conceptual de su destreza. Este tipo de expertos muestran una predisposición a seguir aprendiendo mientras desarrollan su destreza y conciben los problemas nuevos como un desafío y una oportunidad para superar su actual estado de pericia. Este experto adaptativo aspira a alcanzar un nivel de excelencia que supere a fase de automatización descrita con anterioridad en la que había quedado suspendido el desarrollo de su destreza.
Como resumen y colofón a este artículo diremos que las diferencias entre expertos y no expertos no se reducen sencillamente a que los expertos saben más, sino a que lo saben de forma distinta.

José Antonio León
Grafólogo-Perito Calígrafo-Grafoterapeuta-Psicomotricista
a 26 de agosto de 2015



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